Alan Leslie
Al seleccionar variedades de tomates para plantar este año, hay muchos factores a considerar antes de comprar la semilla. Los tomates son uno de los cultivos hortícolas más valiosos que los agricultores pueden cultivar en nuestra área, y la selección de la variedad es el primer paso para producir alto rendimiento y ganancias. Este artículo cubre algunos de los factores principales que se deben considerar al leer catálogos de semillas este invierno y a qué prestar atención al seleccionar las variedades de cultivo.
1- ¿Qué tipo de tomate cultivar?
Hay una gran diversidad en los tipos de tomates disponibles; las diferencias de tamaño, forma, color y sabor son increíbles y pueden resultar abrumadoras. Sin embargo, las decisiones aquí están determinadas en gran medida por su mercado individual y la demanda del consumidor, o sus preferencias personales. Últimamente, las formas extrañas, los colores inusuales y los sabores excepcionales de los tomates reliquia o artesanales se han vuelto más populares en los mercados agrícolas y en los sistemas de apoyo comunitario a la agricultura (CSA, por su sigla en inglés).

Siempre habrá una gran demanda de tomates corazón de buey, tomates grandes, rojos, de alta calidad y cultivados localmente durante el verano. Los tomates cherry y los tomates uva son variedades fáciles y económicas de cultivar que se pueden incluir en cualquier operación o huerta. Conocer su mercado específico y las demandas de su clientela es la mejor manera de decidir sobre el tipo general de tomate que cultivar y será su primer paso para navegar entre los cientos de variedades para elegir.
2- ¿Determinado o indeterminado?
Las variedades determinadas dejan de producir crecimiento vegetativo una vez que han comenzado a producir frutos. Esto resulta en la producción de frutos concentrados en un tiempo relativamente breve, y en plantas en general más pequeñas y compactas fáciles de manejar. Comúnmente, se prefieren las variedades determinadas para la producción de campo, donde las plantas se colocan en espalderas usando un sistema de estacas y tejidos para sostener las plantas en un dosel erguido y uniforme. Las variedades determinadas a menudo se plantan en sucesiones múltiples, de modo que a medida que la producción disminuye en una plantación, la siguiente en la secuencia continúa la producción de fruta.

Por el contrario, las variedades indeterminadas continúan produciendo crecimiento vegetativo a lo largo de la temporada y tienden a tener un período de producción de frutos más largo y uniforme. Las variedades indeterminadas a menudo se cultivan en sitios protegidos, ya sea en invernáculos o en túneles altos, donde la temporada de crecimiento extendida permite a los agricultores aprovechar al máximo el período más largo de producción de frutas. Estas variedades generalmente se cultivan usando una cuerda guía simple o doble, y requieren mucho más trabajo en términos de poda y direccionamiento para mantener las plantas saludables durante la temporada de crecimiento. Sin embargo, el cultivo de estas plantas en sitios protegidos tiende a producir frutos de mayor calidad, ya que las plantas están protegidas del viento, la lluvia y el exceso de sol.

3- Resistencia a enfermedades
Los tomates son susceptibles a una larga lista de diferentes enfermedades bacterianas, fúngicas, virales y de nemátodos, y elegir variedades que tengan resistencia incorporada es la mejor manera de garantizar que sus plantas se mantengan saludables durante la temporada de crecimiento. Algunas enfermedades del tomate son transmitidas por el suelo, como el marchitamiento por fusarium, el nemátodo agallador y el marchitamiento por verticillium. Los suelos que tienen una larga historia de producción de tomate y otros cultivos de solanáceas (como las papas y las berenjenas) tienen más probabilidades de presentar este tipo de enfermedades que los suelos con poco o ningún historial de producción de tomate. Por lo tanto, la resistencia a las enfermedades transmitidas por el suelo dependerá del historial de cultivo del área.

Las esporas de hongos que causan otras enfermedades pueden ser transportadas por el viento, como el tizón temprano, mientras que los virus pueden ser transportados por insectos, como el virus del marchitamiento del tomate. Las plantas de tomate pueden ser vulnerables a este tipo de enfermedades incluso cuando se cultivan en áreas que no tienen un historial de producción de tomate, por lo que la selección de variedades que sean resistentes a estas enfermedades altamente móviles debe ser una prioridad, sin importar dónde se sitúe el cultivo.
Si bien la genética específica de la variedad de tomate puede ayudar a limitar las enfermedades, también se pueden tomar otras medidas. Comprar semillas y cultivar las plántulas por su cuenta es una forma de evitar traer enfermedades de otras áreas. La compra de plántulas, en particular de plántulas enviadas desde largas distancias, puede acarrear enfermedades foliares y del suelo de los invernaderos donde fueron cultivadas. Al cultivar las plántulas desde las semillas, es importante comprar las semillas y la tierra para macetas de distribuidores acreditados, asegurándose así que desde el inicio cuenta con materiales libres de enfermedades.
Otra cosa a la que prestar atención es si la semilla que está comprando ha sido sometida a algún tratamiento. Los tratamientos de semillas se hacen esterilizando la superficie de la cubierta de la semilla, donde algunos patógenos transmitidos por el suelo pueden persistir e infectar la nueva planta a medida que germina. Las semillas pueden ser tratadas con productos químicos o con agua caliente para matar cualquier patógeno presente. Si está guardando semillas de tomates reliquia o cualquier variedad de tomate no híbrido, tratar las semillas reducirá en gran medida la cantidad de enfermedades que se transmiten a las plántulas.
4- Tolerancia al calor
La tolerancia al calor es clave a tener en cuenta en nuestra zona. En general, las plantas de tomate prosperan en climas cálidos, pero cuando las temperaturas diurnas superan los 90°F y las temperaturas nocturnas se mantienen por encima de los 70°F, el exceso de calor puede interferir con la polinización y el desarrollo de la fruta. La fruta de tomate resultante puede sufrir deformidades como la cara de gato, hombros amarillos e interiores blancos, lo que hace que la fruta no sea comercializable (ver este otro posteo para saber más). Si planea tener plantaciones sucesivas durante las épocas más calurosas del año, es importante seleccionar variedades que tengan cierto nivel de tolerancia al calor. Muchas de estas variedades se han mejorado para la producción en Florida y otros estados del sur. Estudios recientes han testeado qué tan bien se desempeñan algunos de los lanzamientos más nuevos en condiciones de cultivo en MD. Después de dos años de pruebas, algunas de las variedades que han tenido éxito son Carrie, STM 2255 y Thunderbird.
5- ¿Injertados o no injertados?
Esta consideración se refiere a si las variedades vegetales han sido injertadas o no en diferentes portainjertos. Generalmente, el injerto combina un portainjerto de una variedad con un crecimiento más vigoroso y una mayor resistencia a las enfermedades con un vástago (parte aérea de la planta) que tiene características superiores de calidad de fruta. El injerto puede mejorar el vigor, la absorción de nutrientes del suelo, la resistencia a las enfermedades transmitidas por el suelo, la resistencia al estrés ambiental y el potencial de rendimiento de diferentes variedades. Los tomates injertados pueden ser una opción atractiva cuando se plantan en suelos con un historial de enfermedades, especialmente si la variedad de tomate carece de resistencia a dichas enfermedades. Algunas desventajas de los tomates injertados son el costo y mantenimiento adicionales y una cosecha tardía.

Comprar tomates injertados costará más que las plántulas de tomates originadas de su propia raíz. Sin embargo, múltiples estudios han demostrado que los mayores rendimientos obtenidos de los injertos compensarán con creces el precio más alto de dichas plántulas. Esto es cierto incluso en el caso de plantar tomates injertados en un suelo libre de enfermedades. Los tomates injertados requieren un poco más de mantenimiento en relación a los rebrotes. Por lo general, las plantas de tomate se pueden plantar a una cierta profundidad, pero con las plántulas injertadas es importante que la unión del injerto esté por encima de la línea del suelo para que el rebrote no esté expuesto a ninguna enfermedad transmitida por el suelo. Esto puede permitirle al portainjerto enviar hacia arriba sus rebrotes, los cuales deben ser podados mientras aún son pequeños ya que los rebrotes del portainjerto pueden crecer con mayor vigor y no producir los frutos deseados. Finalmente, los tomates injertados tienden a tardar más en producir frutos que las variedades originadas de su propia raíz. El retraso puede ser de 5 a 8 días, dependiendo de las condiciones de crecimiento, pero todas las variedades injertadas tienden a superar a las variedades originadas de su propia raíz en términos de rendimiento general al final de la temporada. Esto es especialmente cierto en el caso de las variedades con un potencial de rendimiento más bajo.

En conclusión, se puede hacer mucho para garantizar altos rendimientos de tomates de calidad, incluso en pleno invierno. Asegúrese de considerar todos estos factores antes de tomar decisiones respecto a qué variedades cultivar este año. Muchos agricultores tienden a tener variedades favoritas que les han funcionado antes, pero si observa problemas frecuentes con enfermedades, frutas deformadas o rendimientos bajos, vale la pena profundizar en el catálogo de semillas y probar algunas variedades nuevas. Para obtener más información sobre el cultivo de tomates consulte la Guía de Producción de Vegetales Comerciales del Atlántico Medio (sólo en inglés).
Alan Leslie es Agente de Extensión Agrícola de la Universidad de Maryland en el condado Charles. Hacer click aquí para leer otros posteos de Alan. Traducido del inglés por Juan Díaz, UMD School of Languages, Literatures, and Cultures.
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