Por Ángela Sáenz
Las crucíferas son un grupo de plantas comestibles de la familia Brassicaceae, distribuidas en todo el mundo. Esta familia incluye verduras como la col, el repollo, la coliflor, el brócoli, el rábano, entre otros. Debido a sus altos contenidos de vitaminas y minerales, son de gran importancia agrícola y nutricional. Sin embargo, si los cultivos no se monitorean de forma apropiada, enfermedades y plagas pueden dañar una gran parte de su producción. En el posteo de hoy trataremos algunas de las enfermedades y plagas presentes en crucíferas, presentando soluciones para su control.
La hernia de las crucíferas
Causada por un hongo de suelo (Plasmodiophora brassicae), las plantas susceptibles son infectadas a través de sus raíces. Los síntomas más comunes se observan en las raíces, que pueden deformarse, hincharse, resquebrajarse o incluso pudrirse. Una de las características visuales más importantes de esta enfermedad es la formación de agallas en la raíz.


La hernia de las crucíferas se puede detectar por la formación de agallas en las raíces de estas plantas. Fotos: A. Sáenz, Wikimedia.
Las raíces de las plantas son centrales para la misma, ya que ayudan a trasportar nutrientes y agua desde el suelo hacia las hojas. Al existir un daño en esta sección, las plantas retrasan su crecimiento, presentan amarillamiento en sus hojas, y aparecen marchitas durante las horas más caliente del día, recuperándose en la noche, cuando refresca.
Esta enfermedad es difícil de tratar ya que las esporas del hongo pueden mantenerse en el suelo por hasta cinco años. Sin embargo, se puede disminuir la severidad del ataque al incrementar el pH del suelo (>7.1), mejorar su drenaje, realizar rotación de cultivos y controlar malezas de la misma familia (crucíferas). Es importante notar que algunas plantas pueden mostrar síntomas leves, por lo que es de suma importancia monitorear las raíces frecuentemente.
Mancha foliar del repollo o mancha negra de las crucíferas
Esta enfermedad es causada por hongos del género Alternaria (A. brassicae, A. brassicicola). El patógeno ataca hojas, tallos y cabezas florales, dañando las partes comerciales de la planta. Inicialmente causa lesiones en forma de manchas concéntricas de color marrón oscuro a gris o negro, con borde amarillento en hojas viejas.
Este hongo puede sobrevivir en residuos de cosecha y malezas, así como en semillas de crucíferas, por lo cual se recomienda el uso de semilla certificada libre de enfermedades, o bien tratar las semillas con agua caliente antes de sembrarlas. También se recomienda el uso de variedades resistentes, la rotación con cultivos distintos a crucíferas al menos cada 2-4 años, y evitar el regado en exceso y la aspersión, ya que el agua puede dispersar y ayudar al crecimiento del hongo. Finalmente, para evitar la dispersión de esta enfermedad, se recomienda remover las plantas afectadas y la aplicación de fungicidas aprobados.


Mancha foliar del repollo. Fotos: Wikipedia, Cornell University.
Pudrición negra de las Brasicáceas
Otra enfermedad que puede afectar seriamente a plantas del grupo de las crucíferas es la pudrición negra, causada por la bacteria Xanthomonas campestris var. campestris. Este patógeno ingresa al tejido vascular de la planta por medio de las raíces o por heridas mecánicas. Al ser atacadas, las hojas muestran lesiones en el borde y marchitamiento en forma de “V” que se extiende hacia la vena central. Conforme la enfermedad avanza, el resto de las venas se ennegrecen, lo que termina matando a la hoja. Plantas enfermas pueden presentar enanismo y desprendimiento de hojas.

Los primeros síntomas de la pudrición negra de las brasicáceas incluyen lesiones en el borde de las hojas. Foto: G. Holmes (invasive.org).
El clima húmedo y lluvioso con temperaturas cálidas (~70°F/21°C) promueve la dispersión de la enfermedad, lo cual la hace más común durante los meses cálidos. Como la bacteria puede sobrevivir en las semillas, se recomienda el uso de semilla libre de enfermedad. Entre las medidas de control de esta bacteria, se recomienda la rotación de cultivos al menos cada tres años, control de malezas, riego por goteo, y buen drenaje del suelo o uso de camas elevadas.
Oruga de la col
Las larvas de las mariposas Pieris rapae se alimentan de crucíferas, realizando pequeños orificios en las hojas. Estas orugas son de color verde y se camuflan fácilmente al colocarse en la vena central de las hojas. A pesar de que la presencia de estas orugas afecta inicialmente sólo a la estética de las hojas, sin un control adecuado, pueden alimentarse de toda la hoja, dejando expuestas sólo las venas.
El primer paso para controlar esta plaga es el monitoreo. Controlando los adultos (las mariposas), se pueden mantener a raya las poblaciones de estas orugas. Los adultos son fácilmente identificables, siendo pequeñas mariposas blanco-amarillas, que colocan sus huevos en la base de las hojas. Tratar de reducir el acceso de los adultos a las plantas (por ejemplo, con una malla) es una buena estrategia de control preventivo.


La oruga de la col es la larva de pequeñas mariposas. Su control y monitoreo es esencial para evitar pérdidas. Fotos: J. Guynn, Pixabay.
Entre los métodos de control de esta plaga se encuentra el uso de insecticidas naturales como el Neem, el jabón potásico, piretroides, el uso de Bacillus thuringiensis (Bt) para el control de larvas en los primeros estadios, así como el uso de enemigos naturales como avispas parasitoides. Es también esencial remover los desechos de cosecha del campo para evitar sitios de hibernación para las pupas de esta mariposa, incluso recoger a mano las larvas que se encuentren y ahogarlas en agua jabonosa.
Gusano medidor falso
Esta larva de polilla Trichoplusia nies muy común en crucíferas y se dispersa fácilmente en el campo, completando múltiples generaciones en un mismo año, ya que las hembras pueden colocar entre 300 a 600 huevos. Esta oruga se alimenta inicialmente de las hojas bajeras, pero, conforme la larva crece, mastica orificios grandes evitando los márgenes de la hoja. Este daño puede ser tan grande que incluso puede barrenar la cabeza del repollo, haciendo que la parte comercial de este cultivo no pueda ser vendida.


Sin control, las orugas de estas pequeñas pollilas son capaces de hechar a perder las cabezas de repollo. Fotos: Pixabay, Wikimedia.
Estas orugas poseen múltiples enemigos naturales que pueden ayudar a disminuir su presencia en el campo. Entre ellos se encuentran las avispas del grupo Braconidae, las moscas del grupo Tachinidae, e incluso el virus nuclear de polyhedrosis (Trichoplusia ni NPV). Al igual que para las orugas de la col, Bt y Neem son usados comúnmente como insecticidas biológicos. Finalmente, y como para la mayoría de estas plagas, el monitoreo constante es esencial para su control.
Escarabajo pulga o Alticinos
Este pequeño escarabajo de la familia de los crisomélidos causa daño en las hojas de crucíferas y ataca principalmente a plántulas jóvenes. Las larvas pueden también atacar parte de las raíces, creando pequeños túneles y disminuyendo el rendimiento de cosecha. Los adultos pueden transmitir virus o enfermedades bacterianas, por lo que su temprano monitoreo y control es esencial.
Para evitar su establecimiento en el campo se recomienda remover desechos de cosecha donde las pupas puedan hibernar. También se recomienda el uso de herbicidas como Neem, piretrinas, o Spinosad.

Los escarabajos pulga atacan a las hojas y raíces de crucíferas, y pueden causar pérdida de rendimiento en la cosecha. En la foto se ve el daño en las hojas. Foto: UMD extensión.
Chinche arlequín
Murgantia histrionica o chinches arlequín son chinches olorosas, que al ser molestadas excretan una sustancia de olor fuerte y desagradable. Con sus partes bucales succionadoras, estas chinches se alimentan de hojas de crucíferas. Por esta razón, las hojas se marchitan y se vuelven marrón. Los adultos pueden reproducirse en restos de cultivo o material vegetal presente alrededor de los campos.
Las plantas bajo el ataque de esta plaga muestran pequeños puntos blancos causados por la penetración de las partes bucales de este insecto. Ante un ataque severo, estas plantas pueden también marchitarse o deformarse.
Los adultos colocan huevos en el envés de las hojas, por lo que un monitoreo constante ayuda a determinar su presencia. Los adultos y ninfas son muy coloridas por lo que son fáciles de observar en el campo. Para prevenir su ataque, se recomienda eliminar restos de cosecha, mientras que el monitoreo visual de las plantas y recolección de ninfas y adultos ayuda a disminuir sus poblaciones. También se recomienda el uso de insecticidas como el Neem, piretrina o jabón agrícola, o el cultivo de variedades resistentes.


Las chinches arlequín son muy llamativas y fáciles de observar e identificar. Los huevos son puestos en el envés de las hojas y son también muy característicos. Fotos: M. Raupp, K.-I. Ueda.
Para más información
Enfermedades del repollo: click aquí.
Ficha diagnóstica de Alternaria: click aquí.
Alternaria en el repollo: click aquí.
Ángela S. Sáenz es Ingeniera Agrónoma y estudiante de Maestría en el Departamento de Entomología de la Universidad de Maryland, College Park, USA. Hacer click aquí para leer otros posteos de Ángela.