¡Y el premio al polinizador del año va para los sírfidos!

Por Anahí Espíndola

En estos tiempos se habla mucho de polinizadores, pero la mayor parte de la atención parece ir siempre a sólo un grupo de ellos: las abejas. Sin embargo, la diversidad de polinizadores va mucho más allá que este grupo de insectos (como discutimos en un posteo anterior). Por eso, en el posteo de hoy quería hablar sobre polinizadores que no son abejas, pero que juegan un papel muy importante en nuestros ecosistemas, y que siempre siento quedan en las sombras y son enormemente subestimados. Vengan conmigo a darles a estos polinizadores, los sírfidos, el reconocimiento que se merecen.

¿Quiénes son los sírfidos?

Con más de 100 especies en Maryland, los sírfidos (también llamados moscas de las flores) son un grupo de moscas que pertenecen a una familia de insectos llamada Syrphidae. Estas moscas son voladoras excepcionales, capaces de cambiar rápidamente de dirección o mantener su posición en vuelo de forma muy impresionante.

Si bien como larvas pueden tener una gran variedad de preferencias nutricionales (algunas de las cuales las convierten en excelentes agentes de control biológico de plagas), como adultos un gran número de especies están fuertemente asociadas con las flores. De hecho, las hembras requieren el consumo de néctar y polen para su desarrollo ovárico, lo que las hace depender en gran medida de los recursos florales para su reproducción. Por esta razón, actúan como polinizadores importantes de muchas plantas y cultivos silvestres, especialmente en climas templados. Aunque no son generalmente reconocidos como tales por el público en general, se ha demostrado que los sírfidos polinizadores contribuyen globalmente a la polinización de más del 70% de los cultivos y aproximadamente al mismo porcentaje de flores silvestres europeas (pocos estudios han evaluado esto último en América del Norte). Puede obtener más información sobre esto en esta publicación reciente (en inglés).

Los sírfidos pueden ser reconocidos por sus grandes ojos, antenas cortas y, en reposo, sus alas colocadas perpendicularmente a su cuerpo, como se ve aquí en este sírfido (probablemente género Toxomerus) de Maryland. Foto: A. Espíndola.

Ecología y biología de los sírfidos

Espero que ahora estén empezando a emocionarse con estas pequeñas criaturas. Pero antes de que salgan corriendo para tratar de encontrarlos, déjenme contarles un poco más sobre su biología, para que puedan seguir sorprendiéndose de lo que hacen y por qué quiero otorgarles el «premio al polinizador del año».

Como decía antes, la gran mayoría de los sírfidos están fuertemente asociados a las flores. Esto los convierte en polinizadores potencialmente importantes, y esto es cierto para muchos de ellos. Sin embargo, hay otra razón por la que son tan importantes: su ecología. De hecho, los sírfidos tienen un comportamiento migratorio o al menos de dispersión a larga distancia. Esto significa que tienen un gran potencial de dispersión a larga distancia del polen que colectan y, por lo tanto, pueden contribuir de forma muy importante a la polinización de plantas que estar alejadas unas de otras. Pensando en la polinización y su papel en la reproducción de plantas, esta dispersión de polen a larga distancia puede ser clave en la reproducción de poblaciones de plantas aisladas, e incluso en el aumento y mantenimiento de la diversidad genética en esas poblaciones. Todo eso tiende a impactar positivamente a las poblaciones de estas plantas, convirtiendo a los sírfidos en actores clave en el mantenimiento de la diversidad de muchas especies de plantas silvestres.

Y también, porque realmente quiero impresionarlos 😊, sepan que cuando hablo de migración de sírfidos, estoy hablando de patrones de migración que en algunos casos pueden ser equivalentes a los de insectos más «famosos», como las mariposas monarca. Algunos estudios han demostrado que algunas especies de sírfidos migran miles de kilómetros a lo largo de una temporada de crecimiento. Aunque esto está relativamente bien estudiado en Europa, sabemos que patrones de migración similares también ocurren en otras partes del mundo, incluída América del Norte. Y como dato curioso, en nuestro grupo de investigación en la Universidad de Maryland, creemos haber observado un evento de migración de sírfidos aquí mismo en Maryland, mientras estudiábamos las interacciones de polinización en los pastizales en serpentinita protegidos del estado de Maryland.

¿Cómo reconocer a los sírfidos?

Quizás una razón por la cual los sírfidos son poco reconocidos, es que muchas de sus especies muestran impresionantes mímicas de otras especies, muchas de las cuales nos hacen tenerles miedo. Por ejemplo, algunos de los sírfidos más comunes en nuestra área muestran rayas amarillas y negras, engañándonos a nosotros (y a potenciales depredadores) para que creamos que en realidad son avispas o abejas. Esta es una estrategia que los protege de la depredación, pero también requiere que estemos más atentos cuando intentamos encontrarlos.

A pesar de esto, hay algunas formas simples de reconocer su truco. Debido a que son moscas, los sírfidos tienen características que los diferencian claramente de otros grupos de insectos, como las avispas. Uno de los principales rasgos a tener en cuenta a la hora de definir si estamos ante un sírfido u otro insecto (una avispa, por ejemplo), es mirar sus alas. A diferencia de las abejas y las avispas, las moscas tienen un solo par de alas, que en reposo suelen extenderse perpendicularmente a su cuerpo, lo que las hace parecer un avión o una «T». Las avispas y las abejas, por otro lado, generalmente no hacen esto, y cuando están en reposo doblan sus dos pares de alas de forma plana y a lo largo de su abdomen.

Otra forma de distinguirlos de la mayoría de las avispas y abejas es observar sus cabezas (esto también puede ser útil cuando el rasgo del ala no es fácil de ver). De hecho, las moscas generalmente tienen ojos MUY grandes (piense por ejemplo en cualquier disfraz de mosca 😉). ¡Los sírfidos no son una excepción! También tienen ojos grandes que cubren una parte muy grande de sus cabezas, así como antenas muy cortas. En comparación, las abejas y las avispas por lo general tienen antenas largas que se extienden mucho más allá de sus cabezas.

¿Listo para salir y encontrar algunos de ellos? ¡Recuerde que siempre puede consultar iNaturalist para ayudarlo con las identificaciones! ¡Buena suerte!


Dra. Anahí Espíndola – Profesora Asistente, Departamento de Entomología de la Universidad de Maryland, College Park, USA. Hacer click aquí para leer otros posteos de Anahí.


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